
Cuando Jesús llamó a Pedro y a Andrés a dejar su oficio de pescadores para seguirle, los llamó a una vida completamente nueva. Y cuando Jesús nos llama a cada uno de nosotros a ser sus discípulos, nos llama a una vida completamente nueva.
Seguir a Jesús significa escuchar, observar y seguir sus pasos. Significa odiar lo que Jesús odia y amar lo que Jesús ama. También significa ayudar a otros a hacer lo mismo. Después de su resurrección, Jesús ordenó a sus discípulos a ir y hacer discípulos, enseñándoles a obedecer todo lo que Jesús mandó.
En nuestra iglesia entendemos que el discipulado es un proceso que dura toda la vida. Ser un discípulo es ser un estudiante, alguien que aprende e imita a su maestro. Como discípulos de Jesucristo, todos estamos llamados a aprender continuamente de él y seguirle en cada área de la vida.Ninguno de nosotros es perfecto. Todos necesitamos crecer como discípulos de Cristo.
Es por eso que hemos comenzado este ministerio, en el cual los hermanos más maduros en la fe están ayudando a otros a crecer como seguidores de Jesús.